Fire and Moon...

"Me has salvado, sin ti no se que sería de mi, quizás estaría muerta"

Ahora soy yo quien necesita salvación,  he cometido muchos errores y todos ellos me persiguen día tras día, a todas horas. 

 La llama se apagó por que no supe cuidar bien de ella, no supe evitar que mi aliento la hiciera temblar, flaquear demasiado, y ahora lo sé. Aun así tengo la esperanza de que las ascuas puedan volver a encenderse ya que en un principio no ardía y aun así logré que con un largo abrazo, con tiempo y dedicación se convirtiera en la llama mas hermosa que jamas había visto.
 Sé que ahora mismo abrazar las ascuas termine quemándome, se que necesitare tiempo y mucha mas dedicación, puede que muchísima mas que antes pero no me importa, estoy dispuesto a todo, creo que la llama puede volver a surgir para iluminar mi oscuro camino, mucho mas grande y hermosa, por que esta vez no solo arderá para vivir ella, sino que arderá para vivir los dos. Yo también quiero arder junto a ella, dejar de ser un mero cuidador que intenta que el fuego no se apague para ser yo mismo fuego, esta vez soy yo quien grita por ayuda, por que alguien me abrace y haga que me sienta cálido.

Si aún queda algo de calor entre este sinuoso humo que rodea la vela solo le pido que una vez mas deje que lo abrace con fuerza, y que él me rodee lentamente hasta ser uno, solo entonces mi alma estará salvada.

***

Con una leve mirada de sus ojos hechos con parte del infinito universo, una pequeña inclinación de su cuello esculpido en marfil, un inaudible chasquido de sus labios moldeados en nívea sangre, una brisa que aviva el fuego de sus cabellos, su negra capa ondeante que se funde con el cielo nocturno, su "alma" capaz de percibirse a simple vista... En su conjunto era una visión capaz de volver loca a la persona mas cuerda, capaz de hacer que un corazón se petrificara casi al instante.

¿Cuanto tiempo hacía que no me detenía a observar esa figura a la que siempre acompañaba? ¿Acaso mis instintos habían nublado mis sentimientos? Sea como fuere ahora no cabía duda, nunca fue un error acompañar a ese ente inmortal y nunca dejaría de sentir esto que siento hacia la misteriosa figura que se desplazaba como flotando, liviana, entre las tinieblas y la luz de la luna. Una luna llena que hacia brillar su tez y su ser. Como si de dos hermanos gemelos bailando en la noche se tratara, como si se complementaran mutuamente.

Me había enamorado de aquella imagen, de la luna junto a su gemelo corpóreo rodeándose el uno al otro en su misteriosa danza.
¿Podría yo danzar algún día junto a ellos?




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